Una web de opinión sobre el género fantástico y de aventuras en todos sus medios.

jueves, 29 de noviembre de 2007

El regreso de Percevan

Era una época en que los periodicos todavía venían acompañados en su edición dominical no sólo de la típica revista de ocio para mayores, sino también de aquel deseado cuadernillo que reunía historietas de toda clase, en teoría para 'el pequeño de la casa' (y que luego acababa pasando por las manos de casi toda la familia). Allí te podías encontrar desde lo más característico del tebeo español, hasta Tintin en inglés por entregas. Ya no recuerdo cual era (Pequeño País, Gente Menuda o Mini Mundo, qué más da). Pero sí que fue en alguna de esas páginas donde conocí a Percevan. Luego, estos suplementos desaparecerían (pobres infantes de hoy), pero la imagen del paladín pelirrojo siempre quedó en mi cabeza, aunque sólo fuera como en una nebulosa. Tendrían que pasar muchos años hasta que, volviendo a traerlo a mi memoria, lograra reunir la colección al completo de nuevo (descubriendo álbumes de cuya existencia ni era consciente) para colocarlo como uno de mis favoritos.

En realidad Percevan nació en las páginas de la publicación mensual Gomme! en 1.981. Sus padres, Jean Leturgie (guionista o 'escenarista', como dicen en tierras galas) y Philippe Luguy (dibujo) pronto le harían dar el salto a una merecida tapa dura bajo el sello Glénat y, después de unos pocos álbumes, de Dargaud. A estos autores, a pesar de prodigarse poco en otras obras que aquí podamos conocer, se les puede etiquetar como grandes exponentes de la bande dessinée y han contribuido a crear una de las series más bellas, entretenidas y cautivadoras del comic europeo de fantasía.


Sin duda esta fantasía corre a raudales por sus páginas, pero también el humor, la historieta de aventuras y viajes, el relato de magia y leyendas. Percevan es de lectura siempre grata, colorista, profusa en detalles por cada viñeta que pasas: verdaderas escenas de un mundo y una historia por descubrir a lo largo de los 12 tomos publicados en la actualidad (en castellano se llegó hasta el 10º).

Las aventuras épicas que se nos muestran en la obra del tandem Luguy-Leturgie (con Xavier Fauche como co-guionista de algunas entregas) se inspiran, como otras muchas, en los principios más nobles: el valor, la amistad desinteresada, el amor, la misericordia con los desfavorecidos, etc. Pero no están ausentes las guerras y luchas, tramas oscuras y siniestras, enemigos de una doblez recurrente y muertes inesperadas.

Tal vez el propio Percevan nos parezca que pasa a engrosar la interminable lista de héroes atractivos de recto ideario, formas caballerescas, preceptos inamovibles y virtuosos valores; pero tras esa imagen (que tampoco es que le podamos negar) refleja una personalidad de lo más compleja y en constante desarrollo, -muy a diferencia de otros personajes del género, tan estáticos y previsibles- que lo aleja del caballero envuelto en los tópicos de siempre. Como también Percevan se va a pasear con cierta frecuencia por este lugar, podremos explorar más su carácter en una futura presentación de los integrantes de la serie.

Con el cortés caballero y su inseparable Kervin, juglar y bufón que encarna la parte más cómica de la historia, eternamente en contraste con la integridad de su compañero (a modo de un Sancho Panza caricaturesco) vamos a recorrer a un ritmo unas veces trepidante y otras sereno, como deteniéndose en los pormenores, multitud de escenarios maravillosamente recreados por Luguy: un mundo que se puede identificar con la Francia medieval, pero que no se estanca en ella ni mucho menos. Las campiñas verdes de Europa, los territorios helados de Noruega, los desiertos abrasadores de Arabia, junto a reinos subterráneos regentados por hechiceros, ignotas cadenas montañosas, dimensiones alternativas e incluso, adelantando parajes del álbum que se encuentra en la rampa de salida, las tierras del lejano Oriente.


Otro ingrediente que no podía faltar es la magia y las cuestiones sobrenaturales, muy presentes en sus páginas sin oponerse por ello a realidades a veces demasiado contundentes. Y el amor, que demostrando una vez más que el carácter de la serie no se queda en meros tópicos y va más allá de la conocida relación imposible, aparece a menudo de un modo bastante explícito, plasmado en los frecuentes líos de alcoba de nuestro caballero.

Por tanto, la evolución de la serie se evidencia de una forma progresivamente más adulta. Así, por encima de ese intencionado perfil idílico que parece ofrecer, nos encontramos según se avanza en la colección con enfrentamientos más cruentos, pasiones más desatadas, pérdidas más irremediables, desencantos más dolorosos y decepciones más profundas. Todas estas sensaciones no son simples palabras de adorno, sino que encuentran su perfecto ejemplo a lo largo de los episodios que componen esta admirable aventura.

Percevan, el campeón de las causas honestas, casi olvidado tristemente por nosotros desde que la desaparecida Grijalbo publicara su última aventura en español allá por 1998, ha seguido sus andanzas en el país vecino con una dignidad que lo sitúa entre los grandes de la BD. En ese trayecto ha llegado incluso hasta tierras americanas (tan ajenas al triunfo de los héroes europeos) en forma de una cuidada edición de integrales, con portadas expresamente diseñadas para la causa por Luguy. A sus 26 años, llevados con una salud envidiable por lo que indican las ventas (cada nueva entrega es esperada con entusiasmo, y no es de extrañar teniendo en cuenta los dos años que pasan entre una y otra) el chevalier Percevan se convierte en knight Percevan. Y, si Norma cumple, a partir del segundo trimestre de 2008 le veremos traspasar de nuevo -¡al fin!- nuestras propias fronteras.

En un próximo artículo vamos a conocer un poco mejor a Percevan, a sus compañeros de aventuras, y a los creadores de todo su mundo.

lunes, 26 de noviembre de 2007

Expocomic 2007

Un año más se celebra el Salón del Comic de Madrid (Expocomic), que tendrá lugar entre los días 29-30 de Noviembre y 1-2 de Diciembre en el mismo emplazamiento que ha ocupado estos últimos años (Pabellón de Exposiciones de la Casa de Campo).

En esta nueva edición (la X, número redondo que lo afianza como punto de encuentro para el lector de tebeo) podremos asistir al ya conocido desfile de stands (no siempre todo lo ordenados y organizados que sería deseable) y que reúne cada año a un mayor número de autores, público y editoriales del mundo del comic.

Como en las anteriores ediciones, se desarrollarán diversas presentaciones, proyecciones de novedades, talleres, mesas redondas, exposiciones de originales, etc. junto a las habituales sesiones de firmas que nos permiten un contacto más directo con algunos de nuestros autores favoritos. Todo ello amenizado con las actividades corrientes de este tipo de encuentros: partidas de rol, juegos de cartas coleccionables, miniaturas, cosplay...

Toda esta información la podéis encontrar en la página web de Expocomic, en la que se detallan los horarios de los distintos eventos. También tenéis el formulario para votar por los nominados de este año en las distintas categorías.


Se advierte la creciente importancia del salón al comprobar que cada vez acuden más autores extranjeros de talla. Este año, por ejemplo, se contará con la presencia del autor belga Didier Crisse (La espada de cristal, Atalanta).

Sin embargo, no podemos olvidar a los autores españoles que están realizando un magnífico trabajo, el cual no tiene nada que envidiar al de muchos extranjeros de reconocido prestigio. Lástima de las dificultades por las que atraviesan para consolidar sus carreras en suelo patrio; algo a lo que podemos tratar de poner remedio leyendo sus obras y valorando su gran calidad, poniéndolas así en el buen lugar que merecen. Ahí están Carlos Giménez, Alfonso Azpiri, Jordi Bayarri, Pedro Camello, Victor Santos, y otros tantos para demostrarlo.

Si nada lo impide, andaré por allí para tratar de conseguir unas cuantas firmas, comprar algunas cosillas (gastando más de lo que sería un presupuesto razonable; pero es que a menudo aparece algo que llevabas tiempo buscando) y pasar un tarde entretenida, como siempre, para posteriormente rendiros cuenta de lo que se ha cocido en esta edición.

domingo, 25 de noviembre de 2007

Beowulf

Nos encontramos ante una nueva tentativa de llevar a la gran pantalla el poema épico que narra las gestas del héroe Beowulf, esta vez de la mano de Robert Zemeckis (Regreso al futuro, Lo que la verdad esconde, Forrest Gump, Polar Express) a modo de la típica producción de presupuesto desorbitado proveniente de unos grandes estudios. Si bien se espera un resultado notablemente mejor que en los anteriores intentos (ahora sólo recuerdo la protagonizada por el lamentable Christopher Lambert, pero me consta que hay al menos otra versión: ambas calificadas de desastrosas por crítica y público) sin duda la nueva filmación plantea una controversia importante: la sustitución de actores de carne y hueso por sus versiones animadas.


Cualquiera que vea el trailer de la película, sin haber escuchado previamente nada sobre la misma, creerá estar ante la preview de un videojuego. Pero no; se trata de un proyecto animado que emplea réplicas virtuales de actores bien conocidos (Anthony Hopkins, Angelina Jolie, John Malkovich, Robin Wright Penn) con técnicas de captación de movimiento. Sinceramente, así de primeras, no se acaba de entender muy bien qué interés puede tener esto. Contando con semejante plantel de actores y actrices, ¿no se podría sencillamente haber recurrido al reparto electo para el rodaje, aun cuando se hubieran manejado técnicas digitales para escenarios, efectos, etc? Y si lo que se quería era filmar una forma animada del mito clásico, ¿no hubiera bastado con acudir a tales técnicas al uso tradicional? Lo que tenemos aquí es un experimento de lo que, dicen, puede convertirse en una nueva forma de hacer cine. Bien, no estoy en contra de que se prueben nuevas modalidades dentro del séptimo arte, pero como se viene opinando desde que se han empezado a ver las imágenes de esta versión, resulta cuanto menos extraño ver a actores reales interpretando con esa apariencia de seres artificiales. De este experimento por tanto puede salir cualquier cosa (las comparaciones con '300' son inevitables), pero de entrada es cierto que provoca tanto un cierto rechazo en unos, como la aclamación de las masas que gustan de los efectos especiales. No obstante, no cabe duda que la película será un éxito de taquilla, ayudado en parte por la época del año en la que se estrena.

Pero independientemente de estos aspectos, que darán que hablar, volvamos a la leyenda en la que se basa la película. Beowulf, como hemos dicho, es un poema escrito en torno al s. VIII (originalmente sin título; adoptando el del nombre del personaje principal en épocas mucho más recientes), de autor anónimo, escrito en forma de unos 3.000 versos aliterativos y en inglés antiguo, desarrollando las andanzas del guerrero homónimo en ayuda del pueblo de los jutos (por así decirlo, los daneses de entonces) contra la amenaza que representa el gigante Grendel (en el film de Zemeckis, más parecido a una bestia demoníaca). El relato clásico se divide en dos partes bien diferenciadas: en la primera, el guerrero se enfrenta a Grendel y su madre, más temible si cabe que su vástago; en la segunda, que transcurre muchos años después, se narra la lucha de Beowulf contra un dragón, que asola la región de la que el héroe ya se ha convertido en rey. Hasta aquí un extracto brevísimo sobre aquello que versa la obra original, salpicada de influencias de otras sagas escandinavas.


Parece ser que el manuscrito primitivo, comparado con nuestro Cantar de Mío Cid por su faceta épica-histórica, sufrió las consecuencias de un incendio que afectó a la colección que lo albergaba en 1.731. Con la excusa de redescubrir (o más bien reinventar) el mito, pues por lo visto se perdieron partes enteras del relato, existe un vacío en el que entra la libertad de licencias que se toma el film para vender mejor, o esa impresión nos puede dar en un principio. Reconozco que cuando leí las palabras de Zemeckis en unas declaraciones previas al estreno de la película me eché un poco a temblar:

"Francamente, no me atraída nada de lo referente al poema original. Recuerdo que me mandaron leerlo al comenzar la enseñanza secundaria y no pude comprenderlo porque estaba en inglés antiguo. Fue uno de esos horribles deberes. [...] Nunca consideré que podría ser una historia interesante. Neil y Roger (guionistas) exploraron el texto minuciosamente, cuestionando las lagunas del material original. [...] Han conseguido mantener la esencia del poema pero lo han hecho de una forma mucho más accesible al público moderno."
No sé vosotros, pero yo después de esto me he temido lo peor... Menos mal que luego lo arregla en parte:

"Una vez me cautivó el guión, volví a leer el poema, hablé con los eruditos sobre el tema de Beowulf y me metí de lleno en la leyenda. [...] Y como verán, Beowulf es la base de todos nuestros héroes modernos."
En cualquier caso, todo apuntaba, como suele ocurrir con las películas de este género que se basan en obras literarias o en fuentes más o menos históricas, que las concesiones que se van a permitir no serán pocas, apelando al común recurso de relectura moderna de la historia, en detrimento del rigor que merece. Podemos confiar, como nota positiva, que el guión haya recaído en Neil Gaiman (Sandman, Stardust), aclamado autor de novela gráfica, bastante respetado y venerado dentro de su ámbito, ganador de varios premios Eisner (si bien reconozco que no he leído hasta el momento nada suyo, así que en este sentido me remito a la opinión general que existe al respecto, que precisamente otorga un voto de confianza a la película gracias a su intervención en la misma).

En algo no se equivoca y tenemos que darle la razón al director, y es en la mención de que el documento primitivo -al igual que muchas otras sagas nórdicas- ha servido de inspiración para los héroes fantásticos que se sucederían muchos siglos después, siendo revisado por el mismo J.R.R. Tolkien, padre indiscutible de la fantasía y modelo repetido hasta la saciedad por multitud de autores venideros, que lo rescataría del ostracismo al que la obra, al ser comparada con la Odisea de Homero y afines, había sido injustamente sometida por estudios previos. A nadie se le escapa hoy día que, sin desmerecer un ápice la gran obra maestra que constituye El Señor de los Anillos, Tolkien no inventó nada que no obtuviese al consultar estas mismas fuentes primigenias: las leyendas nórdicas y las grandes sagas escandinavas; sufriendo eso sí una importante adaptación que nos dejaría la imagen que la mayoría tenemos de cientos de criaturas y seres que pueblan la fantasía actual.

Pero no nos desviemos del tema. Centrándonos de nuevo en la película, podemos decir, sin ánimo de desvelar nada, que la acción se sitúa en el momento en que el guerrero acude al reino del rey Hrothgar (Hopkins) para derrotar a este Grendel reconvertido en el cine, y a la madre del monstruo, muy alejada de la figura que nos lega el poema al ser representada en la pantalla por la siempre exuberante Angelina Jolie (que incluso en ese aspecto de naga se nos revela sensual). Este encuentro tendrá sus consecuencias, a partir de las cuales se entronca con la segunda parte del relato clásico y de la película, en la que ya hace aparición el mencionado dragón.


En fin, una vez vista la película, debo reconocer que se aprecia buena mano en la adaptación del guión (así que las loas a Gaiman están justificadas, lo que me recuerda que es imperdonable no conocer su obra). Creo que existe un adecuado equilibrio entre el respeto al poema y las aportaciones libres. Al principio creía estar ante otra película de las que ensalzan hasta lo indecible al todopoderoso guerrero, pero según avanza la proyección esa idea queda desterrada al ver transformarse a un Beowulf arrogante y pagado de si mismo (yo diría que esto se ha hecho en parte como burla a este tipo de héroes tan comunes en la fantasía) en otro descreído y desencantado por los errores y engaños del pasado, desmitificando así su figura y dándole un valor más humano. De todas formas la acción está muy presente, pero sin ser precipitada o parecer fuera de lugar. Tampoco hay demasiados anacronismos, obviando el aspecto fantástico, aunque aparece con cierta frecuencia el tema de la cristianización (la historia se desarrolla en el s.VI y los daneses en realidad no fueron evangelizados hasta el X - XI aproximadamente). A destacar también ciertos detalles cómicos logrados, especialmente en la primera parte, y algunas escenas técnicamente brillantes, como la del dragón, que sin embargo pueden resultar menos creíbles para el espectador que otras más modestas. En el aspecto técnico, a pesar -como he dicho antes- que creo innecesario haber recurrido a las réplicas de los actores, me parece que se ha hecho un buen trabajo que puede sentar precedentes. De todas formas, no está libre de defectos, como la apreciable falta de expresividad de los personajes en determinados momentos o la artificialidad de varios escenarios (aunque me gustó la consecución del aspecto envejecido de los protagonistas en la segunda parte). La banda sonora es más que correcta y consigue hacer suya la carga épica y drámatica en determinadas situaciones.

Como curiosidad cabe resaltar las diversas 'modalidades', por llamarlo de alguna forma, en que se muestra el visionado de la película, ya que en varias salas de cine se presenta la opción de verla en 3D con unas gafas especiales que se entregan al acceder a la sala. Puesto que uno de los alicientes puede ser el de verse inmerso en esta 'nueva experiencia digital', no deja de ser anecdótico (y quizá un tanto friki, para qué negarlo) hacerlo así. A mi me pareció divertido (y si te gusta la sensación de que una flecha de los guerreros frisios vaya derechita hacia ti, o la impresión de verte salpicado de la sangre de Grendel, ese extra de precio de la entrada está justificado).

Podríamos decir de Beowulf que se trata de una película de la que no debemos exigir mayores pretensiones que el puro entretenimiento, pero que cumple esta ambición con creces si la comparamos con otros filmes recientes del género. Además, al estar aderezada con ese nuevo concepto creativo, puede resultar interesante y merecer la pena al menos como experiencia. Aunque me queda la pregunta de cómo habría quedado esta película si se hubiera rodado a la antigua usanza. La cuestión es si el aspecto técnico de Beowulf se convertirá en un habitual del cine fantástico, implicando quizás como contrapartida un menoscabo mayor en la calidad argumental de algunas de las novedades del género que padecemos.

Por supuesto podemos esperar casi de inmediato el aluvión de merchandising característico de estas superproducciones, con videojuego a la vista y el comic (que Norma lanzará en Diciembre).


Trailer de la película en castellano:



Beowulf se estrena en cines el 23 de Noviembre de 2007
Dirección: Robert Zemeckis
Guión: Neil Gaiman - Roger Avary
Reparto: Ray Winstone (Beowulf), Anthony Hopkins (Hrothgar), John Malkovich (Unferth), Robin Wright Penn (Wealthow), Brendan Gleeson (Wiglaf), Crispin Hellion (Grendel), Angelina Jolie (madre de Grendel)

jueves, 22 de noviembre de 2007

Thorgal. Introducción.

Se cumplen 30 años de que comenzara el recorrido de la serie guionizada por Jean Van Hamme (XIII, Largo Winch) con Grzegorz Rosinski al dibujo (La balada de las landas perdidas, La venganza del Conde Skarbek), para la revista belga Tintin. Es Thorgal: obra cumbre del comic, referente indispensable de la fantasía heroica europea, teñida magistralmente con pinceladas de otros géneros como la ciencia-ficción; así como toques de comic histórico, convenientemente enfocados al servicio del relato y del propio universo recreado por los envolventes guiones de Van Hamme y los preciosistas escenarios de Rosinski.

Es esta hábil unión de géneros entre los que se mueve Thorgal la que constituye uno de sus principales atractivos. Pocas veces tendremos la oportunidad de leer una de las mejores historias de fantasía que se han podido plasmar en las páginas de un comic, con elementos de ci-fi que, a diferencia de lo que ocurre en otras series, no chirrían dentro de la aventura principal (elementos estos de los que me niego a dar pistas ahora, pues pienso que constituyen uno de los secretos mejor urdidos de la historia). Creo que ése es uno de los mayores valores que atesora esta magnífica colección: la capacidad de contentar, y sorprender, a lectores de muy diversos intereses. Una obra altamente recomendable incluso para un público no habituado a los comics y, por supuesto, imprescindible para quienes gozan de la fantasía en su sentido más épico.

Pero conozcamos un poco más al protagonista indiscutible de esta historia: Thorgal Aegirsson, skalde o trovador vikingo (casi no ejerciente, hasta donde puede apreciarse en sus páginas), héroe a la fuerza, personaje cuya idiosincrasia se aleja de los anhelos comúnmente atribuidos a sus semejantes del género. Y es que Thorgal, a menudo comparado con el idílico y virtuoso Prince Valiant de Harold Foster, con un Superman de poderes mermados o con un Ulises baqueteado en exceso, no busca aventuras, tesoros, hazañas ni riesgos: tan sólo llevar una vida tranquila en compañía de su familia -su esposa Aaricia y sus dos hijos, Jolan y Loba. Pero las circunstancias, más profundas e inextricables de lo que a priori nos puedan parecer, se van a empeñar en jugar contra su voluntad.

Así tendrá lugar un viaje casi eterno, plagado de aventuras apasionantes, en el que nuestro héroe tendrá que habituarse, sí o sí, a contratiempos, penalidades, aflicciones y fatigas que siempre se interponen a la que, en el fondo, es su aspiración última y la de cualquier hombre: vivir en paz. Si esto parece indicar una personalidad carente de la fuerza destinada a los más altos valores de los grandes del comic, no se puede estar más equivocado. Porque Thorgal el vikingo, paria entre los suyos por razones que se irán revelando evidentes tomo tras tomo, reúne las aptitudes que le vienen siendo propias a cualquier héroe: la destreza con las armas (especialmente el arco), una figura apuesta, el carisma arrollador, la capacidad de infundir el respeto de sus 'enemigos', etc. Diferencia al bardo de sus contemporáneos la perpetua disposición a evitar los problemas, como si de un hombre moderno en un tiempo pasado se tratara, el talante pacifista y el amor por los suyos por encima de cualquier promesa de gestas y proezas. Es el campeón atípico.

Pero como no todo va a ser un periplo de desdichas, acompañando a Thorgal en su travesía -interminable para nuestra suerte- vamos a ser testigos de paisajes de ensueño, lugares misteriosos e inimaginados, escenas de impactante belleza (con los que resulta inevitable deleitarse) traídos de la mano del genial Rosinski, en las que se van a desarrollar multitud de relaciones entre los personajes, meticulosamente entretejidas por Van Hamme: amigos de una fidelidad intachable, contrarios de una actitud despiadada, y tantos otros que no dejarán de conmovernos a medida que se vaya descubriendo su verdadera nexo con el protagonista. En este constante devenir, Thorgal aprenderá, más si cabe, a reforzar el amor por su familia, que no siempre se encontrará a su lado en sus odiseas, y que incluso en varios de los álbumes llegará a suplantarle adquiriendo verdadero protagonismo en lo que podrían considerarse monográficos dentro de la serie.

Y es que los secundarios de la colección, a los que casi ni debería aplicárseles tal apelativo en virtud de la relevancia que desempeñan y de la elaborada personalidad y psicología que Van Hamme les infunde, son dignos de mención aparte. Una Aaricia, esposa de Thorgal, que huye de los arquetipos de las compañeras sentimentales de todo héroe: recia y capaz, con el suficiente arrojo para sacar adelante una familia que se ve privada más a menudo de lo que debiera, o quisiera, de la figura paterna, pero sin perder por ello un ápice de femineidad. Y los hijos, Jolan y Loba, destacados referentes de la serie y herederos de unos poderes que, con un salto generacional difícil de explicar, parecen haber evitado al héroe vikingo. También amigos y enemigos, entre los que resulta inevitable resaltar la enigmática Kriss de Valnor, compañera y antagonista por igual, como tantos otros aliados de aventuras, demasiados para enumerarlos ahora, que nunca pasan desapercibidos al lector. E incluso dioses y diosas, porque la mitología cobra en Thorgal una relevancia crucial. Esta cosmogonía, en parte escogida de la historia de las civilizaciones, en parte imaginaria, pero siempre adaptada con exquisito acierto a la serie, hilará verdaderos giros argumentales que nos permitirán apreciar nuevos matices de los personajes, a veces totalmente inesperados, aun en la propia figura de Thorgal, despojado durante varios números de su propia identidad...

Sin querer desvelar mucho más, sólo puedo recomendaros que disfrutéis de todo lo que Thorgal tiene que ofrecer, que es muchísimo. Constituye una de las colecciones de mayor éxito en Francia y Bélgica (y curiosamente en Polonia, país de origen de Rosinski, creo que también cuenta con bastantes adeptos). En España, como con tantas otras cosas, sus entregas (casi a ritmo de una por año hasta la fecha) caminan con sigilo, pero con pie seguro. Al menos lo suficiente como para que Norma esté empezando a sacar segundas ediciones de algunos números, que lentamente van agotando su pequeña, pero fiel, legión de seguidores a los que Thorgal fascina y atrapa. Y eso después de haber estado dando tumbos por Zinco y Distrinovel, que sólo se atrevieron con algunos títulos (y pese al absurdo orden de numeración que le aplica Norma dentro de su sección Pandora; que bien habría merecido Thorgal la suya propia, digo yo). Quedaría pendiente una posible edición en integrales, sobre todo ahora, que acaba de finalizar una etapa, en la que el cambio de guionista (Yves Sente) y de héroe (Jolan toma el testigo de un Thorgal demasiado cansado, que ya iba necesitando un merecido respiro) confieren cierta incertidumbre al futuro de la serie.

Pero no adelantemos acontecimientos de momento. Todo se verá. Afortunadamente el ciclo de Thorgal da lo suficiente de si como para cautivar a cualquiera que se detenga en sus páginas el tiempo necesario para apreciar la notable evolución del dibujo de Rosinski que, a través de las diferentes 'sagas' que componen la colección -ya las iremos viendo- alcanza una perfección y una excelencia a veces casi pictórica. Y ello a pesar de las críticas que recaen especialmente sobre los últimos numeros: la excesiva repetición de recursos argumentales de Van Hamme y una cierta desidia artística de Rosinski. ¿El desgaste inevitable de treinta años de andadura?

En todo caso, a expensas del arquero vikingo han surgido multitud de productos alternativos que suelen darse cuando un producto tiene éxito: videojuegos, artículos de toda índole y una posible versión cinematográfica y de animación.

Espero que sepáis perdonar tanta generalización en este artículo, que para los que no conozcan la serie puede no haber suscitado suficiente curiosidad, pero tiempo habrá -espero- para que podamos ir desgranando y analizando la colección álbum por álbum, si me queréis acompañar en mi particular relectura. Thorgal y el mundo que le rodea, por tanto, se convertirán en habituales de este lugar.

Para los que queráis saber más os recomiendo las interesantes reseñas de Rafael Marín y Fernando Belmonte, o la misma web oficial de Thorgal (en francés). Pero sobre todo, que no dudéis en sumergiros en la lectura de sus, hasta ahora, 29 números.

domingo, 18 de noviembre de 2007

¡Saludos!

Hacía tiempo que quería contar con un lugar propio en el que poder alojar noticias, reseñas, etc. y que sirviera de introducción para comentar artículos acerca de todo este mundillo que es la fantasía en sus distintas formas de expresión. Del mismo modo, me gustaría que también fuera un medio para conocer las opiniones de los demás en torno a estos mismos temas.

¿Que por qué fantasía heroica? Acaso se trate de un mal curado síndrome de Peter Pan, que hace de este género el más frecuente recurso en el intento de sumergirnos en otros mundos ajenos a los sinsabores del día a día... A mi me sirve. Baste decir, entonces, que una gran mayoría de mis intereses van enfocados a esta temática (sin que por ello dejen de gustarme otras muchas cosas... ;) lo que implica que de vez en cuando puede que se cuele -y se colará- alguna entrada referente a otros aspectos de los que también me apetezca 'hablar'.

¿Qué puedes esperar de este blog? Bueno, reconozco que una de mis principales intenciones es la de cubrir un cierto vacío que me he encontrado navegando por la red cuando he buscado información sobre algunas de mis obras favoritas, en una u otra modalidad. Si puedo arrojar un poquito más de luz sobre esa novela de la que en ocasiones has oído hablar pero nunca has llegado a leer, o ese comic que viste el otro día en la tienda y del que no conseguiste encontrar gran cosa en internet, y eso te ayuda a formarte una idea o tomar una decisión, hará que me sienta muy satisfecho. Pero sobre todo este cuaderno no es otra cosa que un lugar donde escribir sobre las cosas que a mi me gustan. Y ya se sabe que sobre gustos... No pretendo, por lo tanto, que esto se convierta en una fuente fidelísima ni rigurosa sobre algo en cuestión: mis opiniones, como las de cualquiera, son personales y subjetivas, en absoluto inatacables, y lo que a mi puede parecerme interesante puede no serlo para otros. Pero todo eso ya lo iréis viendo, a medida que pueda ir ampliando las secciones, y comprobéis que algunas, en ese afán de revisionismo sobre obras concretas, de las que contamos con una información escasa o casi ausente en español (al menos por lo que me dice mi experiencia particular), se vuelven más comunes y se convierten en auténticos monográficos. Así que lo dicho: si buscas la opinión de un experto, aquí no la vas a encontrar. Sólo soy un aficcionado más.

Trataré de estar al tanto de las novedades que en este campo vayan surgiendo. Pero una vez más me centraré en las que, basándome en mis gustos, puedan parecerme más sugerentes (sobre todo teniendo en cuenta el aluvión que, cada vez de forma más abundante, recibimos mes a mes, ya sea en forma de libros, comics, juegos, etc.) Por eso, tampoco será extraño que me entretenga en comentar alguna cosa descatalogada y quizá olvidada por muchos (esa 'pequeña' manía de mirar a menudo al pasado, aunque aquel no siempre fuera mejor...)

Y una promesa; o quizá más un deseo: el de mantener esto más o menos actualizado. Confío en que mis planes para este sitio -con poco me conformo, en realidad- se puedan ir cumpliendo.

Nada más. Y nada menos.
Creo que como presentación ya os he dado bastante el plomo. ;)
¡Espero que disfrutéis de la estancia!

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