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domingo, 26 de abril de 2009

Las águilas de Roma


Me acercaba a Las águilas de Roma, el último lanzamiento de Enrico Marini, con cierta suspicacia tras pasar por varias reseñas en la web que coincidían en señalar la oposición de su virtuosismo gráfico a un guión que se queda en amago de obras de mayor calado, como la hasta ahora imbatible Murena, del dúo Dufaux/Delaby. Una vez terminado, la verdad es que mi opinión converge bastante con el punto de vista casi unánime que sobre este trabajo ha sido emitido por otros internautas. En cambio, sea por esa cautela inicial, originada de nuevo por la influencia de las expectativas, sea por un leve desánimo ante la posibilidad de encontrarme con un remedo más de este interés resucitado en los últimos años por todo lo que tiene que ver con la antigua civilización romana, el caso es que tengo que admitir que, sin llegar al grado de sorprendente, su lectura me ha resultado agradable, fluída y bastante entretenida.

El autor italo-suizo rinde homenaje con esta nueva saga a ese cincuenta por ciento de su nacionalidad (un deseo que satisface igualmente en El Escorpión) y lo hace como profesional completo; en esta ocasión prescinde de sus habituales Thierry Smolderen, Jean Dufaux o Stéphen Desberg, que llevaban el pulso narrativo de sus anteriores trabajos: Olivier Varèse, Gipsy, La estrella del desierto, Rapaces y El Escorpión, series que han ido consagrando eficazmente al dibujante en su carrera y le han otorgado un reconocimiento que hoy día no se le puede negar.


A la experiencia de Las águilas de Roma le falta algo de fuelle, entre otras cosas por echar mano de los tópicos del género e incurrir en errores que ya le han sido atribuidos a su autor en el pasado, como luego aclararé, pero tampoco se puede decir que le salga mal (seamos, además, un poquito condescendientes con este Libro I que, como todos los comienzos, basa sus líneas en presentaciones y puestas en escena para un futuro). Lo que está claro es que Marini se reafirma como un dibujante espléndido, alcanzando una notable perfección en su principal faceta artística, que nos permite recrearnos en el precioso y seductor estilo que acompaña a una narrativa, como mínimo, correcta.

Un punto común con gran cantidad de novelas, filmes y comics 'de romanos' es el de ambientarse en la era de los Césares, cuando el Imperio va a conocer su etapa de mayor esplendor y expansión territorial. Y aunque aún es pronto para atisbar demasiadas muestras de los excesos que llevarán a su ruina, ya se presenta a los artífices de su futura decadencia, pues en este caso la acción -en sentido literal- también comienza en las fronteras de la Germania de los bárbaros, hecho que nos recuerda inevitablemente a los primeros minutos de metraje de la superproducción Gladiator de Ridley Scott, como bien se ha comentado en otros lugares.


Situemos el contexto histórico: año 9 a.C. El periodo imperial da sus primeros, pero firmes, pasos. Las fuerzas de Tiberio, hijo de Augusto, se enfrentan a la resistencia de los inmensos territorios del norte, habitados por no pocas tribus y pueblos rivales que empiezan a ceder frente a las organizadas legiones romanas. Tras los enfrentamientos iniciales se imponen algunos pactos de colaboración apoyados en acciones diplomáticas, tales como la práctica, común por entonces, mediante la que los hijos de muchos príncipes bárbaros eran tomados como rehenes y romanizados para asegurar la obediencia de sus respectivos clanes en el empuje de las conquistas bajo el estandarte del águila. Uno de ellos es Ermanamer, hijo de Sigmar de los Queruscos que -rebautizado como Gaio Julio Arminio en su nueva condición de ciudadano romano- pasa a estar, por disposición del emperador, bajo la tutoría del oficial Tito Valerio Falco, antiguo experto en la formación de legionarios, ahora retirado en su hacienda después de haber tomado por esposa años atrás a una germana de noble cuna. Fruto de esa unión es el joven Marco Falco, cuya impetuosa personalidad va a chocar de inmediato con la del orgulloso recién llegado. A la bravuconería y rivalidad inicial de los dos muchachos le sucederá un previsible hermanamiento, sellado con un pacto de sangre y acaso acrecentado por el origen bárbaro de ambos, que se ve impuesto por la disciplina y rigurosidad de la formación a la que les someten su padre e instructores.


Así, la mayor parte de este primer número se centra en la evolución de esa relación entre Marco y Arminio, marcada por la dureza de su entrenamiento como guerreros, el abandono definitivo de las comodidades reservadas a la niñez, el paso a la madurez junto a los descubrimientos propios de la edad adulta y su transformación en futuros integrantes de las legiones romanas. Pocos elementos de las clásicas maquinaciones históricas y tramas conspirativas tan frecuentes en el género se apuntan por ahora, al centrarse en la consolidación de los protagonistas. Sin haber dejado apenas pistas sobre las que desarrollar la continuación del argumento, salvo el presagiado destino de Ermanamer como impulsor de la oposición germánica, Marini tendrá que hacer hincapié en los siguientes volúmenes para reenganchar al sector desanimado ante la carencia de planteamientos del tomo que abre la serie. Tomo, por cierto, muy bonito en su presentación y que además de ofrecernos en sus guardas un detallado mapa del Imperio, también incluye un útil glosario de términos latinos empleados a la largo de sus casi sesenta páginas.

Nada que objetar, sin embargo, de las cualidades del artista al dibujo, cuyo talento no ha de extrañarnos que sea garantía de éxito comercial. Al dominio de la perspectiva espacial y de la estilización de los perfiles realistas y figuras físicas de los personajes, tanto masculinos como femeninos, que traspasa las viñetas y los dota de una humanidad derrochadora de belleza (algo en lo que ya se sabe que es un maestro) se une el elaborado proceso de reproducción gráfica de cada detalle cotidiano de la sociedad romana, de las indumentarias y costumbres, y del retrato mismo de la ciudad de Roma, que tiene su base en una profunda labor de documentación, siempre adornado por la exquisita utilización de vivos tonos acuarelados. Me sumo, por tanto, a las voces que aplauden tanto el aspecto gráfico como claman por igual una mayor sintonía con el guión para acreditar el mérito de esta obra. Ello no quita para que a Marini se le pueda encumbrar sin duda entre los principales nombres europeos contemporáneos del comic, que ha convencido rápidamente al exigente público francés con su lección de historia romana.


Cuando indicaba antes que la aventura hospeda un 'defecto' que ya padece alguno de los trabajos anteriores del dibujante, me refería a la continuada cesión de espacio a secuencias de explícito carácter erótico. Que nadie piense en un exceso de celo o pudor por mi parte en este sentido, pero las escenas de sexo gratuito rayan lo burdo al mismo nivel que lo innecesario, de no ser como justificación del despertar sexual de los dos jóvenes de hormonas revolucionadas o del desenfreno orgiástico de la Roma de los emperadores. Sin embargo, a mi juicio, me parece un abuso prescindible alargar un álbum hasta las 56 páginas (lo que, siendo analíticos, redunda en un aumento considerable de precio, que ya sabemos de qué pie cojea Norma) cuando perfectamente podría haber concluido justo en la número 48, y todo para añadir un acto -el que tiene lugar en el lupanar- que no contribuye absolutamente en nada al desarrollo.

Pero bueno, le otorgo un voto de confianza a la serie (que se estima se prolongará en cuatro o cinco tomos) seguramente por tener demasiado fresco el recuerdo de su delicioso dibujo y por mi interés, desde siempre, en las historietas de ambientación grecolatina. Espero, asimismo, un tratamiento mejor hilado del guión si quiere distinguirse y obtener mayores réditos que el mero entretenimiento, algo que después de todo ya aporta con creces El Escorpión (otra colección a la que reconozco haberme entregado recientemente). De la continuación, aún sin fecha de salida a la vista, sólo cabe esperar una mejoría para que cedamos a los 15 € que por cada álbum se embolsa Norma, quien, por cierto, es la que hasta ahora ha publicado prácticamente la totalidad de la producción tebeística del autor en nuestro país. Entretanto, no son escasos los ejemplos de comics transmisores del amplio periodo que abarca la rica cultura de Grecia y Roma con los que pasar un buen rato, desde clásicos francobelgas imprescindibles como el Alix de Jacques Martin a dignísimos representantes del género como el ya mencionado Murena o La Edad de Bronce, de Eric Shanower, que deberían ser de obligada lectura en las escuelas, pasando por sorpresas de última hora como Peplum, de Blutch, o La última batalla, de la que ya hablé hace tiempo. No obstante, a ver si el Sr. Enrico nos anuncia pronto la aparición de ese Libro II para emitir una valoración con mayor criterio.

sábado, 18 de abril de 2009

París, ciudad de la luz... y de la BD

Imagen extraída de Paris sous-Seine (París bajo el Sena)
(Las aventuras de Spirou y Fantasio nº 47, de Morvan y Munuera)


Uno, que no es muy dado a las jornadas de pasión religiosa, postres de cuaresma ni procesiones varias, ha decidido poner tierra por medio y ocupar estos pasados días de vacaciones que nos ha brindado la Semana Santa visitando por primera vez la inigualable París: una ciudad que, definitivamente, hay que conocer, digna de ser considerada una capital mundial de primera categoría. Al hecho de que con cada paso que das por allí te encuentres señales de cómo debe estar organizada una urbe moderna con un valioso pasado, de muestras constantes de monumentalidad, de belleza arquitectónica y respeto artístico y de un aire de civismo que ya desearían muchas ciudades europeas (incluido el Madrid natal del que suscribe) se une un pequeño aliciente para los que tienen desde siempre en el comic uno de sus principales intereses de ocio y los que, como yo, lo hemos recuperado en los últimos años y estamos disfrutando ahora una segunda etapa dorada. Porque es bien sabido por los aficionados al noveno arte el tratamiento que este goza entre nuestros vecinos del norte; no en vano, es Francia (junto con Bélgica) el país europeo donde la industria del comic, o de la bande dessinée si se prefiere, tiene un mayor desarrollo, con miles de novedades anuales, cifras de ventas apabullantes y un enorme sector de fieles lectores muy superior al de cualquier otro lugar del viejo continente.

Punto de mira en este aspecto y envidia, por tanto, para nuestro país, que sólo puede aspirar de lejos a conseguir un mercado semejante al francés (y no será por falta de calidad en la producción nacional), a pesar de que -seguramente pecando un poco de optimista- algo ha mejorado la cosa.

Naturalmente mi viaje no ha estado enfocado en hacer un ruta comiquera ni mucho menos (probablemente Bélgica sea mejor destino para eso, sobre todo este año, o bien la ciudad de Angulema), pero después de disfrutar de las turistadas típicas e imprescindibles (subida a la Torre Eiffel, visita del Louvre y el Orsay, Notre Dame, paseos por los Campos Elíseos y en torno al Sena, etc.) ¿por qué no aprovechar para hacer unas compritas -dada la disponibilidad tebeística del lugar- y ver cómo funciona el panorama por allí, haciendo uso de mis, todavía básicos, conocimientos del idioma?


Como podéis imaginaros, la oferta es enorme. El único problema es que París es grande, muy grande, y todo se encuentra más disperso que en ciudades más cómodas en ese punto, como puede ser Bruselas, donde las calles y tiendas destinadas al negocio del comic se hallaban sin duda mejor concentradas en ciertas áreas, proporcionando mayores facilidades a los visitantes de paso. Pero no hay que arredrarse: es cuestión de tener un buen mapa de la zona metropolitana principal, un pase semanal válido para suburbano/RER y tiempo para escarbar entre estanterias repletas. Para mi el principal inconveniente de no destinar mayores esfuerzos a la búsqueda de bedés ha sido precisamente el del tiempo. En primer lugar porque la prioridad de las vacaciones no era esa (y no es plan de tener a tu pareja esperándote una hora mientras tú te afanas en dar con tal o cual comic) y por otra parte porque, unido al desconocimiento inicial de los mejores sitios a los que recurrir, se unen otros factores: los precios de los álbumes no distan tanto de lo que sufrimos por aquí (salvo en los apartados de oportunidades) y aunque voy mejorando y entendiendo cada vez mejor el francés, me echa un poco para atrás gastar demasiado en obras en esta lengua, teniendo todavía muchas adquisiciones pendientes en español. No obstante, ya digo que he podido disponer de algunos recursos y ratos libres para emprender mi particular expedición.

Para empezar, el consejo previo que puedo dar a todo comprador de tebeos en París -aplicable, supongo, a cualquier otra ciudad gala de tradición comiquera- es una indicación que, a su vez, me hizo una amiga y que creo es bastante acertada: antes de comprar un álbum nuevecito a precio de mercado en cualquier tienda especializada o cadena de librerías, acudid a las llamadas Vente-Achat: negocios de compra-venta, que los hay a montones, tanto de libros, como de discos y películas (digamos que son algo parecido a nuestras 'librerías de viejo', pero un poco más sofisticadas). Y es que, sorprendentemente, el pueblo francobelga suele realizar una práctica a la que nosotros no estamos en absoluto acostumbrados: compran un álbum nuevo, lo leen e inmediatamente después lo venden a una de estas tiendas (a menos, supongo, que se trate de un título que les guste mucho o que por los motivos que sea quieran conservar). Imagino que es un hábito adquirido que se debe a la abrumadora aparición de novedades que allí tienen y la falta de espacio que conllevaría quedarse con todo lo que compran. El caso es que esto nos permite -oh, atónitos de nosotros, turistas- hacernos con volúmenes prácticamente nuevos rebajados hasta un 50% de su precio original. ¿Mola, no? Sólo te llevas las manos a la cabeza cuando tienes ante ti seis armarios de varios anaqueles cada uno, llenos a reventar de ofertas de este tipo, y el dilema de que, si buscas algo concreto, o le echas tres horas al asunto para ver si hay suerte o directamente renuncias y lo pides en una librería más específica.


Otra posible fuente de gangas -o de ejemplares insólitos, raros y antiguos- es patearse las bouquineries que jalonan ambas riveras del Sena y que, salvo inclemencias del tiempo, suelen estar abiertas mañana y tarde, siendo frecuentadas por turistas y autóctonos por igual. Estos son pequeños puestecitos armados contra los muros que bordean el río y que exhiben productos que se prestan a este tipo de venta: souvenirs, libros, revistas, óleos y pinturas, quincallería, láminas antiguas, pequeños objetos de decoración y, por supuesto, bedés. Los que dedican mayor atención a tebeos y similares son más comunes en torno al Barrio Latino, por la cercanía de la universidad quizás, y al de Sant Germain-des-Prés, frente a la Ile de la Cité.

Puede ocurriros, como me pasaba a mi, que no andéis lo que se dice muy sobrados de tiempo y necesitéis un sitio donde todo esté más o menos localizable con facilidad. En este caso lo mejor es dirigirse a alguna de las librerías especializadas en BD que salpican las zonas más turísticas de París, por lo que las tendréis más a mano. Una de las más populares es la cadena de tiendas 'Album': las encontraréis alrededor del Boulevard Saint Germain, al que es muy sencillo llegar. Desde la catedral de Notre Dame sólo hay que atravesar el puente que queda más cerca, hacia el Barrio Latino, en sentido a La Sorbona y el Museo de Cluny. Una de ellas está dedicada exclusivamente a bandes dessinées y comic europeo actual (ver foto debajo), además del merchandising correspondiente: figuritas, postales, pegatinas, posters, etc. Frente a esta, haciendo esquina con la Rue de St. Jacques, se halla otra enfocada a comic americano, indie y manga, también con su propia sección de accesorios diversos, juguetes y cartas coleccionables, entre otras cosas. Me consta que hay una tercera que no debe de andar lejos, pero con estas ya tenía bastante.


En la zona también están ubicadas igualmente algunas librerías interesantes, más generalistas, pero que cuentan con fondos de BD mucho más abundantes y ordenados que las de cualquier tienda de libros convencional de aquí, como por ejemplo Gibert Jeune (modesta, pero en la que no faltan las novedades del momento) o Gibert Joseph Livres, con un espacio bien amplio de comic y manga (¡ojo a su apartado de BD de ocasión!)

Una apuesta siempre ganadora es echar un vistazo en cualquiera de las superficies Fnac que se levantan en varios de los arrondisements de la capital. Yo pasé por dos de ellas; la del eje empresarial de La Défense y la de un centro comercial a espaldas del Museo Pompidou. Y creedme, aquí es donde se ve la verdadera dimensión del negocio que rodea al comic en Francia: prácticamente media planta dedicada exclusivamente a BD, ordenada por autor y otros criterios, llena de público de cualquier edad y género (¡y alejada de la sección infantil, pardiez!) Será difícil que no acertéis a descubrir aquí lo que estáis buscando y, sin duda, os tropezaréis con muchos de esos "deseos publicables, increiblemente olvidados" (que dirían los amigos de Trazos y La BD) por los que tantas veces hemos rogado su edición en castellano. Un poco desolador, eso sí, observar no pocos ejemplos de trabajos realizados por autores españoles cuya publicación aquí es lamentablemente incierta.

Mis compras:
Intégral Johan et Pirlouit #1: Page du Roi,
Le dernier chapitre: Le bois aux Licornes,
Bienvenue chez les ch'tis. La BD adaptée du film,
Je suis cathare #1: Le parfait introuvable.


Con todo, al final he ojeado más que otra cosa, resistiendo ante tanta colección tentadora, y he sido bastante selectivo con mis compras, decidiendo reservar mayor presupuesto para otros aspectos del viaje (que París es un rato caro) o futuras adquisiciones a mi regreso. Ha sido una mezcla de entusiasmo, por los hallazgos y lo divertido de la experiencia, y pesadumbre al constatar lo atrasados que vamos respecto a Francia. Para los que me habéis preguntado durante estos días, finalmente pude conseguir el primer tomo del integral de Johan y Pirluit que está publicando Dupuis (hablaré más de esto en el monográfico correspondiente del blog) y lo que fue toda una alegría: la novelita gráfica, homenaje de Convard y Juillard, a los personajes. Se me escapó la formidable biografía de Peyo, escrita por Hugues Dayez, por la que estuve indagando en distintos sitios. Nada que no haya podido solucionar a mi vuelta, encargándola directamente vía web a www.chapitre.com (dado que no sé cuándo podré regresar a regiones francófonas). Por lo demás, desestimé bastantes cosas ante la posibilidad de que puedan salir aquí, así que me estuve centrando en mirar obras de improbable publicación en España.

Por último, no puedo olvidarme de destacar un hecho alucinante y que me parece casi impensable en nuestro país. Al visitar el Museo del Louvre, descubrí por pura casualidad que una de sus infinitas galerías albergaba una exposición temporal dedicada al comic, "Le Louvre invite la bande dessinée", que ha estado abierta al público hasta el pasado 13 de Abril (de modo que, afortunadamente, la pillé poco antes de su clausura). Se trata de una colaboración conjunta de varios autores, entre los que destacan Yslaire y Nicolas de Crécy, con el Louvre y ediciones Futuropolis para crear una colección de BD en la que confrontar sus universos con los del museo. La muestra consistía en varias láminas, bocetos y originales, surgidos tras la aparición de los primeros álbumes que han nacido de esta asociación. Los volúmenes que forman parte de esta iniciativa hasta el momento son los siguientes:

Période glaciaire, de Nicolas de Crécy (Octubre, 2005)
Les Sous-sols du Révolu, de M. A. Mathieu (Octubre, 2006)
Aux heures impaires, de Eric Liberge (Septiembre, 2008)
Le Ciel au-dessus du Louvre, de Bernar Yslaire (Mayo, 2009)
Rohan au Louvre, de Hirohiko Araki (principios de 2010)

Que se destinen espacios a una exposición de comic en un museo de la fama y magnitud del Louvre no es sino una muestra más de la consideración que alcanza este arte una vez traspasamos los Pirineos. ¿Veremos un día en El Prado algo parecido?

Recomendar la visita a París es una obviedad, pero al menos espero haberos transmitido una ligerísima idea práctica, dentro de lo que una breve estancia vacacional me ha permitido enterarme, sobre lo que se cuece por suelo parisino en el plano de esta afición con vosotros compartida. À plus tard!

lunes, 13 de abril de 2009

Coraline


La película de animación de Henry Selick, recientemente estrenada con éxito en las Américas (y que a España no llegará hasta el verano) nos incita a recuperar esta concisa novela que el renombrado creador de historias Neil Gaiman (Sandman, Neverwhere, Stardust) escribió en 2002 (siendo publicada en castellano por Salamandra en 2003) y que constituye una de las que dice sentirse más orgulloso.

Un relato redactado con gran corrección, a caballo entre la fantasía y el terror, destinado al público juvenil pero de lectura abierta a cualquier edad, que pone de manifiesto nuevamente la facilidad con que Gaiman es capaz de idear pequeños mundos combinando aspectos de la realidad más cotidiana con inquietantes ambientes imaginarios, todo ello presentado en un envoltorio acusadamente onírico.


No es la primera experiencia del autor británico en la literatura de carácter infantil. Habiendo ya escrito El día que cambié a mi padre por dos peces de colores (1997), con Coraline adopta sin embargo una perspectiva de la niñez a la que claramente quiere acercarse desde la visión de los adultos, consiguiendo con habilidad -al menos es la impresión que me sugiere- contentar a unos y a otros. Así, nos aproxima a las dudas, los miedos, la incomprensión y las preguntas propias de la niña protagonista que lucha por superar sus temores, sin por ello desdeñar ni dejar de hacernos partícipes de las ocupaciones, las razones y los muchos, quizá mal adquiridos, hábitos de eso que se llama crecer y que padecemos a medida que nos hacemos mayores los ahora adultos. Sólo por ese equilibrado plano de doble lectura ya anticipo mi recomendación de este libro, especialmente para aquellos padres con hijos en esa fase del descubrimiento de todo y de curiosa forma de razonar como en la que se encuentra la vivaz Coraline.

En poco más de 150 páginas estructuradas en trece capítulos, Gaiman nos introduce en la historia de una muchachita que se muda con sus padres a un gran caserón dividido en varios apartamentos y por tanto compartido con otros vecinos: las peculiares señoras Spink y Forcible del primer piso, con su puñado de perros, y el viejo excéntrico que habita en el ático. Durante los perezosos días del final del verano, mientras espera para incorporse a un nuevo curso de la escuela, Coraline encuentra en la casa y el enorme jardín que la rodea todo un nuevo marco de oportunidades en el que dar rienda suelta a sus fabulaciones. El hastío hacia sus ya manoseados juguetes y la falta de dedicación de sus padres, siempre ocupados en sus trabajos y tareas rutinarias, ha suscitado en la niña un carácter curioso, explorador y despierto, lo que provoca que no deje rincón de su nuevo entorno sin revisar y la lleva igualmente a obtener pronto el favor de sus nuevos vecinos, e incluso del gato negro que merodea por los jardines. Pero varias jornadas de lluvia seguidas empañan este recién adquirido entretenimiento y la empujan a volcar sus ansias descubridoras dentro de la propia casa. De esta forma, a su espabilada forma de ser no le pasa desapercibida la extraña puerta cancelada que hay dentro del salón y que, cegada con una tapia de ladrillos, da a una vivienda desocupada del inmueble. Un dia, en cambio, con la llave negra que abre la puerta, se topa con un pasadizo que conduce a un reverso de su propia casa. La sorpresa viene al contemplar que en este duplicado de su hogar también existe otra madre y otro padre, idénticos a los suyos salvo por el 'mínimo' detalle de contar con botones negros en el lugar de los ojos. Una vez dentro de la segunda casa, donde sus meriendas preferidas saben más ricas, los juguetes son más maravillosos que nunca y todos se deshacen en cuidados hacia ella, Coraline se pregunta si el comportamiento de estos padres alternativos no responde a algún siniestro interés.


A esta niña de original nombre (le viene del error aceptado de intercambiar sus vocales al teclear; algo de lo que el propio autor se mofa continuamente por la confusión que origina entre los personajes) se la asocian referencias y homenajes a la Alicia en el País de las Maravillas de Lewis Carrol; también con un reluctante gato -sin botas- incluido, en una versión moderna.

Jugando con los roles paterno-filiales (la utilización de la madre, figura protectora por excelencia, como elemento conductor del miedo es brillante en este sentido) Coraline se convierte en una narración claustrofóbica en la que con pocos ingredientes (la gran casa de varias plantas, la lúgubre atmósfera brumosa que la cerca, los vecinos a momentos risibles y a otros tenebrosos, etc.) y sin necesidad de extenderse en páginas innecesarias, Gaiman construye un escenario tétrico como distorsión de la realidad, ayudado en este sentido por las deformadas ilustraciones de Dave McKean, colega ya habitual en sus obras. Ello le ha valido ser merecedor nuevamente del favor de la crítica con los premios Hugo como mejor novela (2003) y Bram Stoker (también en 2003) por la 'Asociación de Escritores de Horror'.


La producción animada de H. Selick, del que contamos con el precedente de Pesadilla antes de Navidad, provocará que en cuestión de pocos meses Coraline disponga de una nueva avalancha de lectores, jóvenes y mayores, si bien para satisfacer nuestra visión del libro ya podemos dirigirnos a la adaptación en comic (quizá no muy convincente) realizada por P. Craig Russell, que Roca Editorial lanzó hace unas semanas. Para completar el círculo, se preparan los consabidos videojuegos para distintas plataformas y consolas.

Portada del comic de Coraline y Cartel de la película

Inequívocamente efectiva para niños, Coraline se quedará en un simple relato breve de miedo sin mayor ampliación para quienes hayan perdido durante el camino de la madurez cierta capacidad de imaginación y de saber dejarse llevar por un tiempo que todos hemos atravesado. El resto, lo disfrutaréis y revisaréis gustosos.

sábado, 4 de abril de 2009

Novedades Comics Marzo-Abril 09

En la palestra de novedades comiqueras de estas últimas semanas podemos encontrar como siempre unas cuantas obras de género fantástico y de aventuras, entre las que me parece interesante destacar las siguientes (que a día de hoy ya deberían estar todas disponibles en las tiendas, para que nos olvidemos durante un rato de la crisis y nos concedamos un homenaje):


Orn - Historia Universal #3: Berserker, de Quim Bou.
Dolmen Editorial. Colección Siurell Gold.
Edición disponible en castellano y catalán.
Formato álbum cartoné, 56 páginas, color.
A la venta desde 27/03/09. P.V.P. 14 €

"La visita a la torre de un mago por parte de Aconis y Orn se complica cuando dos de sus criados deciden estúpidamente robar al propietario de la torre. Orn en estado berserker, una torre de la que es difícil salir con vida, dragones y una breve visita al universo de Orn… Y todo ello de la mano de Quim Bou, uno de los dibujantes españoles que más premios nacionales ha recibido por su excelente y detallado dibujo."

Todo halago se queda corto para definir el cuidado dibujo de Quim Bou y su habilidad para tejer aventuras en torno al carismático Orn y su épica Historia Universal, que empieza a adquirir ritmo de continuidad con la salida de este tercer volumen. La esmerada edición a la que Dolmen nos tiene acostumbrados incorpora en este número sendos pin-ups de Victor Santos y Carles Ponsí. Este mismo fin de semana el autor firmará ejemplares en Girona (más información en el blog de Quim Bou) y se prevé su presencia en el próximo Saló del Cómic de Barcelona.

Páginas de muestra en la web de Dolmen.

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World of Warcraft #1 (reimpresión), de W. Simonson y L. Lullaby.
Editorial Panini Comics.
Incluye números 0 a 7 de la versión USA.
Formato comic-book, rústica, 176 páginas, color.
Disponible desde Octubre 08. P.V.P. 14 €

"El legendario autor Walter Simonson (Thor, X-Factor, Orión) adapta al noveno arte un auténtico fenómeno social: el videojuego masivo World of Warcraft. En las costas de Kalindor encuentran a un hombre inconsciente, sin recuerdos de quién es o cómo llegó hasta allí. Esclavizado por el mago-orco Rehgar Earthfury, este hombre tendrá que luchar por la supervivencia frente a los integrantes tanto de La Alianza como de La Horda. En la búsqueda de su pasado, establecerá inesperadas relaciones con otras razas."


Warcraft: Leyendas #1, de Richard A. Knaak y Jae-Hwan Kim.
Norma Editorial.
Formato comic-book, rústica, 192 páginas, b/n.
A la venta desde Marzo 09. P.V.P. 7,50 €

"Una antología de las mejores historias del mundo de Warcraft. El universo del videojuego de estrategia y fantasía más famoso del mundo está lleno de historias por contar; protagonizadas por elfos y taurens, trolls y enanos, estos relatos narran historias de arrojo y valor, amistad y traición. 'Warcraft: Leyendas' recopila las mejores historias a cargo de algunos de los autores más destacados del momento."

Ya sabemos que desde hace tiempo el auge de determinados juegos está propiciando también su traslado al ámbito del comic. Por eso, nos llegan de golpe y porrazo dos títulos basados en Warcraft (aunque el primero de ellos sea realmente una redistribución). Especialmente recomendables para los seguidores del popular juego online masivo (y más si sirve para atraerlos al mundo tebeístico), lo cual no evita su disfrute por aquellos que aún no conozcan demasiado el universo de Warcraft. Por su parte, no olvidemos que Norma ya publicó la trilogía El pozo del Sol, ambientada en este mismo escenario fantástico.

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Trolls de Troy: Integral Ciclo 2, de C. Arleston y J.L. Mourier.
Editorial Planeta deAgostini. Colección Especial BD.
Incluye números 5 a 8 de la versión en francés.
Formato álbum cartoné, 200 páginas, color.
A la venta desde Marzo 09. P.V.P. 19,95 €


"Troy es un mundo fascinante donde la magia interviene en la vida cotidiana de todos. En efecto, todo el mundo posee un poder, pequeño o grande, más o menos útil. Uno tiene el don de convertir el agua en hielo, el otro de fundir el metal con la mirada... En Troy encontramos toda clase de criaturas, pero, sin duda, las más temibles para el ser humano son los trolls. Sin embargo, esos terribles depredadores son simpáticos. Cazan dragones, recogen campesinos y tienen muchísimas recetas para cocinarlos. Dos siglos antes de la historia de Lanfeust, las divertidas aventuras de un troll salvaje y de su joven hija."

Después de la excelente acogida del primer volumen integral de esta serie que precede a la saga superventas de Arleston y Tarquin, Planeta nos sorprende con una casi inmediata salida al mercado del segundo ciclo. Probablemente la espera de su continuación se revele mucho más larga (en Francia andan por el nº 11). Un formato impecable sirve de soporte a uno de los álbumes más entretenidos de los últimos tiempos (prometo reseña en próximas semanas). Y en mayo, si todo marcha según lo previsto: Lanfeust de Troy. Edición que podría convertirse en definitiva, de seguir esta misma línea, y que a buen seguro constituirá una compra nada desdeñable.

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Bone #9: La corona de cuernos, de Jeff Smith.
Ediciones Astiberri.
Formato comic-book, cartoné con sobrecubiertas, 220 páginas, color.
Disponible desde el 27/02/09. P.V.P. 18 €


"La corona de cuernos, noveno y último volumen de la saga de Bone, culmina la apasionante y ambiciosa serie creada por Jeff Smith que Astiberri ha venido publicando durante los últimos tres años. Briar, las mostrorratas y el ejército Pawan se lanzan al asalto de la ciudad de Atheia. Los primos Bone, Thorn y la abuela Ben están allí para defender el Valle y evitar el regreso del Señor de las langostas. Al adentrarse en un círculo fantasma Thorn oye una voz que insiste en que busque la “corona de cuernos”. Así comienza el apasionante final de la serie de Bone."

Punto final para una obra de culto que ningún fan del comic fantástico debería dejar de lado (servidor ya va por el tomo 6, así que aún falta un tiempo para hablar de Bone por aquí). Con la salida de este último número, junto a los especiales 'Estúpidas, estúpidas mostrorratas' y 'Rose', se completa todo el material de Bone en castellano (a la espera del tercer y último volumen de la edición de lujo en b/n, que se preveé para el siguiente mes de Junio).

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Astérix y Compañía, de Miquel Esteba.
Dolmen Editorial. Colección BD #1.
Formato libro apaisado, rústica, 124 páginas, b/n.
A la venta desde Marzo 09. P.V.P. 14 €

"Coincidiendo con el 50 aniversario del personaje, Dolmen presenta este estudio sobre Astérix, donde se trata tanto la trayectoria profesional de sus autores como las causas que comportaron que la serie acabara convirtiéndose en un éxito sin precedentes en el mundo de la historieta, éxito que no sólo se ha mantenido con el paso del tiempo, sino que ha ido aumentando a pesar de las modas y los gustos cambiantes, superando asimismo el escollo que supuso la prematura desaparición de uno de sus creadores. Gran parte del presente volumen se dedica al análisis, detallado y siempre ameno, de cada uno de los álbumes de Astérix, con fechas de aparición, desarrollo argumental y valoración crítica de los mismos, incidiendo en la doble lectura y las múltiples referencias con los que René Goscinny y Albert Uderzo enriquecieron esta obra maestra."


Iba siendo hora de contar por aquí con un nuevo ensayo sobre el comic europeo de aventuras por excelencia. Avalado por un articulista profesional como es Miquel Esteba, cuyas informaciones resultan tan rigurosas como entretenidas, este estudio -no muy extenso- se vuelve un interesante material de apoyo para abordar al personaje de Astérix y conocer sus curiosidades y dobles lecturas.

De nuevo, unas cuantas páginas de muestra que Dolmen pone a nuestra disposición.

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Warhammer: La forja de la guerra, de D. Abnett y R. Ekedal.
Editorial Planeta deAgostini. Colección Valhalla.
Formato libro cartoné, 128 páginas, color.
A la venta desde 30/03/09. P.V.P. 12,95 €


"Desde el norte ventoso llegan… ¡las hordas del caos! La aventura del sargento Franz Vogel empieza en un frente a cientos de millas al norte de los márgenes del Imperio. ¿Encontrarán Vogel y su banda la liberación… o la condenación eterna? Dan Abnett e Ian Edginton crean una historia feroz de Warhammer y, junto al dibujante Rahsan Ekedal, narran la espectacular aventura de Vogel, mientras reúne a una banda dispar de hombres, magos y enanos para enfrentarse a las fuerzas del caos."

Otro ejemplo de juego recibido por las páginas de un tebeo. Es la incursión en la vertiente Fantasy, tras la buena aceptación de 'La cruzada de los malditos' de la versión futurista de Warhammer. Como aficionado, con cierta distancia, al juego de miniaturas, es una curiosa rareza a considerar. Buen dibujo y color, de los que se espera que respeten la pesimista ambientación del Viejo Mundo.
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